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Transaron 25 mil mdp en obras

Sólo el programa contra inundaciones devoró $23 mil 289 millones y la infraestructura sigue a medias. Hay mercados sin abrir y hospitales saqueados.

Autopistas fantasma, hospitales saqueados, mercados sin abrir y parques que no existen, es el panorama que dejaron como herencia gobiernos pasados en Tabasco.

Aquí las grandes promesas de infraestructura se convirtieron en monumentos a la ineficiencia y la corrupción. En los últimos años, más de 25 mil 760 millones de pesos han sido destinados a obras que siguen inconclusas, requieren más dinero o simplemente no cumplen con su propósito.

Las cifras son demoledoras: en mercados sin abrir se han gastado más de 341 millones de pesos, en parques que no existen otros 33 millones, y en proyectos de infraestructura que nunca se completan, miles de millones de pesos más.

¿QUIÉN SE BENEFICIA?

Las preguntas siguen sin respuesta: ¿Quién se beneficia de estos fracasos? ¿Dónde están las auditorías? ¿Por qué ningún funcionario ha rendido cuentas?

No es la primera vez que Tabasco enfrenta escándalos de corrupción en obra pública. En 2010, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) detectó desvíos millonarios en proyectos de infraestructura, incluyendo puentes y carreteras que nunca se terminaron.

En 2018, se destapó un esquema de empresas fantasma ligadas a la asignación de contratos inflados para la reconstrucción de caminos rurales. Hasta ahora, los procesos judiciales han sido mínimos y las responsabilidades diluidas entre burocracia y opacidad.

El problema no es nuevo, sino un patrón sistemático de impunidad. En Tabasco, la obra pública parece ser un pozo sin fondo… y sin consecuencias.

PATRÓN DE CORRUPCIÓN Y DE IMPUNIDAD

El dinero fluye, pero las obras no avanzan. Un patrón histórico de mal uso de recursos, falta de supervisión y rendición de cuentas ha permitido que proyectos multimillonarios queden inconclusos o sean abandonados sin consecuencia para los responsables.

Los sobrecostos, las reasignaciones y las adjudicaciones directas han sido una constante. No hay castigos para funcionarios y contratistas que han ejecutado proyectos deficientes o simplemente han dejado obras en ruinas.

El despilfarro es monumental. Por ejemplo: en Centro las obras de drenaje pluvial anunciadas después del 2007 para mitigar las inundaciones han quedado a medias, con calles que siguen anegándose tras cada lluvia intensa.

La actual administración hace esfuerzos por mitigar este problema, pero la herencia de desastre que le dejaron es demasiado grande.

ETERNOS PENDIENTES

En Macuspana, la reconstrucción de caminos rurales se ha convertido en un eterno pendiente, con contratos reasignados año tras año sin que los pobladores vean una mejoría real.

En Paraíso, el prometido corredor turístico, que supuestamente impulsaría la economía local, se ha transformado en un cúmulo de estructuras inacabadas.

Todo esto, sin contar las decenas de escuelas que, pese a haber recibido recursos para su rehabilitación, siguen operando con techos cuarteados y mobiliario obsoleto.

OBRAS CLAVE, CON SOBRECOSTOS Y EN EL ABANDONO
El Hospital General de Cárdenas arrancó en 2008 con 500 millones de pesos, fue abandonada, saqueado y ahora requiere otros 600 millones para su conclusión.

Han pasado tres intentos de reactivación fallidos, mientras la población sigue sin acceso a servicios médicos de calidad.

La laguna de Las Ilusiones, declarada en emergencia ambiental en 2022, recibió 87 millones de pesos para su rescate, pero los estudios del propio gobierno confirman que sigue siendo un foco de infección.

En Comalcalco, el mercado 27 de Febrero, construido con 164.9 millones de pesos, sigue incompleto y ya ha cobrado la vida de una persona por su estado inacabado.

El mercado ‘Florentino Hernández’ en Gaviotas ha recibido una inversión de 177 millones de pesos, pero aún no tiene fecha de entrega. Mientras tanto, el Museo del Cacao, con un costo de 37.9 millones de pesos, fue inaugurado en septiembre de 2024 y sigue cerrado.

En infraestructura recreativa, el Parque Recreativo “El Abrazo de la Esperanza”, en El Guayabal, ha absorbido 10.8 millones de pesos en dos años sin que se haya inaugurado, mientras que el Parque Museo La Venta ha recibido 22.2 millones de pesos en rehabilitación, pero sigue sin terminarse.

INFRAESTRUCTURA PÚBLICA EN CRISIS

Las cifras revelan una crisis profunda en el desarrollo de infraestructura en Tabasco, por lo menos en sexenios pasados. Más allá de las obras abandonadas y el dinero desperdiciado, el impacto en la vida cotidiana de los tabasqueños es devastador.