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Alarma por drogadicción de menores

Niños que apenas rebasan los 13 años encabezan el alarmante inicio de consumo de alcohol, tabaco y drogas.

Niños que apenas rebasan los 13 años encabezan el alarmante inicio de consumo de alcohol, tabaco y drogas. Metanfetamina es la más usada por adolescentes.

La música retumbaba en el patio trasero, mientras las luces de colores se reflejaban en los adornos navideños. Era una de esas posadas en una exclusiva zona residencial, donde las casas tienen cámaras en las esquinas y los jardines parecen fotografías. Entre risas y complicidad, un grupo de estudiantes de secundaria se reunía en un rincón del jardín, lejos de la vista de los adultos.

NADIE LOS CONTROLA

Desde una mochila escolar, como si fuera un juego prohibido, surgieron botellas de licor envueltas en camisetas. La botella giraba de mano en mano, y los vasos de plástico se llenaban con movimientos nerviosos.

Algunos se reían, otros se quedaban callados tras el primer sorbo, pero para varios de ellos no era la primera vez. ¿Y los papás? Un par charlaba en la sala, ajenos al murmullo que surgía detrás de los arbustos Otro revisaba el celular, confiado en que la seguridad de su hogar era suficiente para contener cualquier travesura.

CONSUMO EN AUMENTO

Nadie notó el ligero temblor en la voz de uno de los niños, ni las miradas inquietas de otros que observaban cómo el alcohol comenzaba a tomar protagonismo.

El consumo de alcohol y tabaco entre menores de edad sigue en aumento, encendiendo alarmas en la comunidad médica y social.

Hoy, niños de apenas 10 o 12 años enfrentan problemas de salud que antes se asociaban con adultos: pancreatitis, hepatitis y hasta casos de cirrosis.

Este fenómeno no respeta clases sociales, y su crecimiento ha convertido las fiestas familiares en episodios de riesgo, dejando claro que algo se escapa del control.

CIFRAS QUE INQUIETAN

Tabasco no solo supera el promedio nacional en consumo diario de alcohol, con un 3.5 por ciento frente al 2.9 por ciento nacional, sino que lidera en todo el sureste en consumo de alcohol, tabaco, drogas ilegales y en la edad promedio de inicio de consumo.

Estos datos, revelados por el más reciente informe Reporte de Información Epidemiológica del Consumo de Drogas de lo Centros de Integración Juvenil, sitúan al estado incluso por encima de entidades con mayor población como Veracruz o Chiapas, y de destinos turísticos como Quintana Roo.

El panorama es preocupante: el estado registra la tasa más alta en menores de 12 años que ya han probado el alcohol.

APARECEN METANFETAMINAS

Además, mientras en otras regiones del país el cannabis es la droga de inicio más común, en Tabasco las metanfetaminas han superado a la marihuana como la principal sustancia entre los adolescentes que buscan tratamiento, representando el 34.8 por ciento de los casos atendidos en los Centros de Integración Juvenil.

Los datos más recientes también reflejan un aumento del policonsumo entre los menores, quienes combinan alcohol, tabaco y drogas ilegales, exacerbando los daños físicos y psicológicos.

SE ENCIENDEN ALARMAS Esto confirma una tendencia alarmante: Tabasco está en el epicentro de una crisis de salud pública que afecta a los más jóvenes.

Falta de límites en el hogar, uno de los problemas

La maestra Yanina Elena Servín, directora de una escuela primaria, ha sido testigo de los estragos que la falta de límites en el hogar genera en los niños.

“Los adolescentes no tienen valores definidos porque en muchos casos crecen con familias desintegradas o con padres que están ausentes todo el día”, explica.

SE PIERDE EL RESPETO

Esta situación, afirma, deteriora el respeto hacia la autoridad, hacia las reglas y, en última instancia, hacia ellos mismos. “En el aula vemos comportamientos contestatarios, robos ocasionales y desinterés generalizado”, señala Servín. Este deterioro no solo afecta el aprendizaje, sino también la convivencia.

“Un pueblo sin ley, eso es lo que estamos creando cuando no hay límites en casa”. Los padres, según la maestra, muchas veces se muestran permisivos como una forma de compensar su ausencia.

Pero esta actitud también puede derivar en problemas más graves, como el consumo temprano de alcohol o drogas. Los niños buscan llamar la atención, llenar vacíos emocionales o simplemente evadir la realidad.

El silencioso y grave impacto del alcoholismo

“Hay una percepción de riesgo menor hacia el alcohol”, explica Marcela Cruz, psicóloga especializada en niños y adolescentes. “Si ven a un hijo borracho, lo minimizan; pero si lo encuentran consumiendo cristal o marihuana, el impacto es otro.

Es un problema cultural que seguimos arrastrando”.

El alcohol actúa como un enemigo silencioso. Aunque legal, su consumo en menores provoca daños acumulativos que pueden manifestarse años después.

Cruz detalla que el cerebro de un adolescente no está completamente desarrollado hasta los 21 años, y el consumo constante puede derivar en trastornos severos como esquizofrenia o deterioro en el aprendizaje. El acceso al alcohol también es preocupante.

“Lo que antes se asociaba con comunidades vulnerables ahora permea en todos los entornos, desde zonas rurales hasta residenciales exclusivas”.

FACTORES SOCIALES Y CULTURALES

Tabasco enfrenta retos particulares que agravan esta problemática. La tradición machista y la mentalidad cerrada son señaladas como obstáculos para una educación emocional efectiva. “En muchas escuelas, hablar de adicciones o educación sexual sigue siendo tabú”, lamenta Cruz.

Esto limita las posibilidades de prevención y deja a los menores expuestos a un entorno donde las redes sociales y la música también normalizan el consumo.

TESTIMONIO DE UNA GENERACIÓN PERDIDA

Por otro lado, el reporte técnico de los CIJ refuerza estas observaciones. La creciente incidencia de metanfetaminas y cannabis entre adolescentes refleja no solo un problema de acceso, sino también de contexto social.

Mientras las instituciones luchan por atender los casos más graves, las campañas preventivas siguen siendo insuficientes. “Muchos adolescentes llegan al consultorio con altos niveles de ansiedad y depresión”, comparte Cruz.