Gobiernos sordos ante riesgo climático; duplicarán 110% los combustibles fósiles
El PNUMA dio a conocer datos inquietantes en su último Informe de la Brecha de Producción, publicado conjuntamente con el Instituto del Medio Ambiente de Estocolmo (SEI), la organización Climate Analytics y el laboratorio de ideas europeo E3G.
El informe analiza la producción de carbón, petróleo y gas planeada por los gobiernos de todo el mundo y la compara con los niveles recomendados para mantener el calentamiento global por debajo del límite de 1.5 grados Celsius, que se considera crítico para evitar efectos climáticos devastadores.
Los planes de 20 gobiernos analizados en el informe implicarían producir alrededor de un 110% más de combustibles fósiles de lo necesario para evitar un calentamiento de 1.5 grados Celsius para el año 2030. Además, se prevé un aumento del 69% en la producción de combustibles fósiles en comparación con los niveles necesarios para mantener un límite de 2 grados Celsius.
Entre los países examinados se encuentran algunos de los mayores productores de combustibles fósiles del mundo, como Australia, Brasil, EU, Rusia, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí, China, Nigeria, Sudáfrica, Colombia y México.
La directora ejecutiva del PNUMA, Inger Andersen, alerta en un comunicado que estos planes de expansión de la producción de combustibles fósiles están socavando la transición energética necesaria para alcanzar cero emisiones netas de gases de efecto invernadero. Además, pone en entredicho el futuro de la humanidad y la capacidad de cumplir los compromisos climáticos globales.
Falta de compromiso en la reducción de producción
Un aspecto preocupante destacado en el informe es que, aunque diecisiete gobiernos se han comprometido a alcanzar las cero emisiones netas y han impulsado iniciativas para reducirlas, ninguno de ellos ha asumido el compromiso de reducir la producción de carbón, petróleo y gas para lograr los objetivos climáticos.
Esto significa que los planes de estos gobiernos resultarán en un aumento continuo de la producción global de carbón al menos hasta 2030 y de la producción global de petróleo y gas al menos hasta 2050.
El científico del SEI y uno de los principales autores del informe, Ploy Achakulwisut, destaca que muchos gobiernos están promoviendo el gas fósil como un combustible de «transición» esencial, pero sin planes aparentes de abandonarlo en un futuro próximo. Esta falta de compromiso en la reducción de producción es un obstáculo importante para lograr una transición efectiva hacia energías más limpias.