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Indígenas purépechas revivieron el ritual de velación “Noche de Muertos», aumento de turistas resucita las ventas

De los más de 300 mil visitantes, un 40 por ciento vino del interior de esta entidad, mientras que el resto llegó procedente de la Ciudad de México, Jalisco, Guanajuato, Estado de México, Colima y Querétaro

Fieles a sus tradiciones y costumbres, centenares de indígenas purépechas de la región del Lago de Pátzcuaro revivieron con devoción y fe el ritual de velación pagano-religioso de la tradicional “Noche de Muertos”, donde con el aumento de visitantes nacionales y extranjeros, también resucitaron las ventas en restaurantes, tianguis artesanales, muestras gastronómicas y comercios.

Los rituales de velación se llevaron a cabo en un ambiente de magia, colorido y rezos ante altares adornados con flores de cempasúchil y velas, cuyas ceremonias han perdurado dentro del marco de su genuina naturaleza e identidad.

A dos años de iniciada la pandemia y a menos de un mes de que ya no es requisito usar el cubrebocas, en esta ocasión se normalizaron las actividades sobre estas tradiciones.

Ni el intenso frío, ni la pobreza en que viven impidieron a los indígenas purépechas acudir a los cementerios a venerar a sus fieles difuntos, en un reencuentro con los que ya no están, mediante ceremonias de velación que surgieron hace 500 años.

En la zona lacustre que incluye los municipios de Tzintzuntzan, Quiroga, Erongarícuaro y Pátzcuaro, sobrevive esta tradición desde su surgimiento en la época prehispánica.

La singular e impresionante ceremonia de velación conocida en purépecha como Animecha Kejtzitakua, se llevó a cabo en los 25 cementerios de la región, entre los que están los de de Pátzcuaro, Cuanajo, Tupátaro, Tzintzuntzan, Jarácuaro, Huecorio, Tzurumútaro, San Pedro Cucuchucho, Ihuatzio, Arócutin, Santa Fé de la Laguna y Erongarícuaro, Arocutín, , así como en las islas de Janitzio, Yunuén, La Pacanda y Urandén.

Tzintzuntzan, es un pueblo indígena, ubicado entre Pátzcuaro y Quiroga, que en su momento fue capital del imperio purépecha.

Con el aroma de las flores de las ofrendas, la espectacularidad de las celebraciones pagano-religiosas de la Noche de Muertos en la zona del Lago de Pátzcuaro en Michoacán ha cobrado ya renombre internacional.

Incluso, muchos de los indígenas pidieron dinero prestado para adquirir las flores, panes, frutas y los alimentos que les gustaban en vida a sus familiares fallecidos, para instalar sobre los sepulcros sus altares en los panteones, frente a donde los velaron y recordaron con la mirada triste.

Vistiendo sus ropas tradicionales humildes y algunos con gastadas suelas en sus zapatos y otros con sus huaraches viejitos, los purépechas mujeres y hombres, jóvenes, adultos y ancianos con sus hijos y nietos no faltaron a su compromiso de acudir a los panteones.

De los más de 300 mil visitantes, un 40 por ciento vino del interior de esta entidad, mientras que el resto llegó procedente de la Ciudad de México, Jalisco, Guanajuato, Estado de México, Colima y Querétaro.

En relación al turismo internacional, en su mayoría vinieron procedentes de Inglaterra, Estados Unidos, Canadá, Japón, China, Corea, Omán, Noruega, Italia, Suiza, Alemania, Francia y Cuba, entre otros países.

Respecto esta tradición, en 2003 la UNESCO la declaró como una Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad y refiere que es una de las representaciones más relevantes del patrimonio vivo de México y del mundo, y como una de las expresiones culturales más antiguas y de mayor fuerza entre los grupos indígenas de México.

En Pátzcuaro, el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla entregó los premios del LIII Concurso Estatal de Artesanías con motivo de la celebración de Noche de Muertos, donde expresó su respeto a las costumbres y tradiciones de los indígenas purépechas.

Luego de normalizarse las actividades en todos los cementerios de la región lacustre, el mandatario estatal llamó a los habitantes a atender bien a los visitantes nacionales y extranjeros, para que regresen.

Incluso, en la noche, el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla, acudió con su familia al panteón de Tzurumútaro, del municipio de Pátzcuaro, para presenciar una de las tradiciones más grandes de las y los michoacanos.

Asimismo, se reportó saldo blanco como resultado del operativo de vigilancia que implementaron las autoridades estatales con dos mil elementos, quienes apoyados por efectivos de la Guardia Nacional, garantizaron la seguridad de los habitantes de la región del Lago de Pátzcuaro y los turistas.

Por su parte, el secretario de Turismo, Roberto Monroy García dijo que en Pátzcuaro la ocupación hotelera fue de 100 por ciento e hizo notar que la mayoría de los visitantes se está quedando en los hoteles de Morelia, la capital del estado.

Hizo notar que el reto era superar los 300 visitantes y obtener una derrama económica mayor de 250 millones de pesos y tratar de rebasar lo alcanzado el año 2021, cuando hubo 292 mil personas contra y 130 mil del 2020, con ganancias de 93 millones.