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Diabetes e hipertensión disparan 42% gasto de atención médica en el IMSS

El IMSS reportó que el gasto médico en el 2021 derivado de la atención de estas enfermedades se estima en 94,547 millones de pesos, de los cuales casi la mitad fue para la atención de la diabetes mellitus.

No solo la pandemia por Covid generó grandes gastos al sector salud el año pasado, pues el gasto para la atención médica de enfermedades como la diabetes mellitus, hipertensión arterial e insuficiencia renal crónica, también se disparó en un 42 por ciento en 2021.

De acuerdo al reporte del IMSS que entregó a la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, el gasto médico en el 2021 derivado de la atención de estas enfermedades se estima en 94,547 millones de pesos, de los cuales casi la mitad fue para la atención de la diabetes mellitus.

Es decir, 44,841 millones de pesos se asocian a la diabetes mellitus; 33,403 millones, 33,403 millones de pesos a la hipertensión arterial y 16,304 millones de pesos a la insuficiencia renal crónica.

En 2021, el gasto promedio por paciente con diabetes mellitus fue de 14,567 pesos; por hipertensión arterial de 7,002 pesos y por insuficiencia renal de 245,493 pesos.

La suma del gasto de estos padecimientos significa 1 de cada 4 pesos que se recaudaron para el Seguro de Enfermedades y Maternidad.

En el Informe al Ejecutivo Federal y al Congreso de la Unión sobre la situación financiera y los riesgos del Instituto Mexicano del Seguro Social, correspondiente al periodo 2021-2022, se hace referencia que el año pasado el número de pacientes con atención médica por diabetes mellitus, hipertensión arterial e insuficiencia renal crónica fue de 3.1 millones, 4.8 millones y 66 mil personas, respectivamente.

El incremento de 42 por ciento en el gasto médico se explica por un crecimiento relevante en los costos de atención médica de estas enfermedades, en particular, porque el gasto hospitalario por la hipertensión arterial aumentó 233 por ciento.

Estas tres enfermedades crónicas no transmisibles (ENT) acumularon 7.9 millones de pacientes, el equivalente al 13.3 por ciento de la población adscrita a la Unidad de Medicina Familiar.

El número de pacientes que se atendió en 2021 aumentó 3 por ciento en el caso de diabetes mellitus; mientras que para la hipertensión arterial e insuficiencia renal disminuyó 0.7 por ciento y 4.5 por ciento, respectivamente.

VIABILIDAD FINANCIERA HASTA 2035
El informe también revela que la situación financiera vigente del IMSS, le permitirá contar con los recursos suficientes para hacer frente a sus gastos hasta 2035, considerando el uso de sus reservas.

El IMSS prevé el uso de las reservas en 2036, pero estima que su saldo no será suficiente para solventar los egresos esperados durante el ejercicio, por lo que a partir de ese año, se anticipa que el Instituto registrará déficits financieros.

El informe sostiene que aunque la gestión financiera implementada permitió al IMSS contar con un remanente de operación al cierre de 2021, también registró la presencia de un conjunto de riesgos que afectan su sostenibilidad presente y futura.

Entre los riesgos más relevantes se encuentran la transición demográfica y epidemiológica, que implica que el Instituto atienda padecimientos cada vez más complejos y costosos de orden crónico degenerativo, y el crecimiento previsto de la nómina asociada al Régimen de Jubilaciones y Pensiones.

En el caso de la atención a casos de invalidez o muerte de los trabajadores, el Seguro Social, destaca como riesgos los riesgos la posibilidad de un encarecimiento de las rentas vitalicias, así como una disminución en el número de personas aseguradas que cuentan con saldo en su Subcuenta de Vivienda al momento de tener derecho a una pensión por invalidez o al momento del fallecimiento.

El documento señala que el aumento en la presencia de las enfermedades crónico degenerativas en la población derechohabiente del IMSS tiene consecuencias, como un elevado número de personas enfermas de forma simultánea, con tendencia a desarrollar complicaciones que deterioran su estado físico, comprometiendo funciones vitales, lo que incrementa la frecuencia de uso de servicios.

Además, para su control, surge la necesidad de tratamientos permanentes o de larga duración, con niveles de dificultad de atención médica cada vez mayores, aunado al costo creciente de los servicios de salud, así como una mayor mortalidad de la población y una incidencia de incapacidad prematura.