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Migrantes haitianos huyen de Chiapas en peligrosas rutas

Al no poder avanzar en caravana por las carreteras, los migrantes ahora atraviesan la Sierra Madre de Chiapas pasando por varios municipios e incluso cruzando en barca la presa La Angostura.

Tras la disolución de varias caravanas, los migrantes haitianos buscan rutas alternativas para viajar desde Chiapas a la frontera entre Estados Unidos y México, donde miles arribaron masivamente estos días en medio de una creciente crisis migratoria.

Cientos de migrantes varados en Tapachula, municipio fronterizo con Guatemala, cruzan la Sierra Madre de Chiapas desesperados en su mayoría por la falta de respuesta del Gobierno mexicano respecto a sus trámites migratorios y solicitudes de refugio. Después de semanas e incluso meses varados en el sur de México, han comenzado a avanzar a pie o en camionetas por las veredas y ríos de los municipios de Motozintla, Chicomuselo, La Concordia, Villaflores, Ocozocoautla, Tuxtla y Malpaso.

Mientras continúan los operativos para frenar su paso y tras las cuatro caravanas de migrantes frustradas recientemente por las autoridades -que han sido criticadas por su uso de la fuerza- decidieron optar por estos caminos menos habituales.

La mayor parte de las personas traen consigo los trámites que realizaron en la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) o en el Instituto Nacional de Migración (INM). Otras personas afirman que se les ha reconocido la condición de refugio, pero alegan que no han podido obtener un documento final que lo acredite. La región lidia con un flujo migratorio histórico, con 147.000 indocumentados detectados en México de enero a agosto, el triple de 2020, y un récord de 212.000 indocumentados detenidos solo en julio por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) de Estados Unidos.

UNA RUTA COMPLEJA

Al no poder avanzar en caravana por las carreteras, los migrantes ahora atraviesan la Sierra Madre de Chiapas pasando por varios municipios e incluso cruzando en barca la presa La Angostura.

Mediante estas embarcaciones, centenares de migrantes cruzan a diario apresurados y temerosos de ser detenidos por las autoridades o caer presas de la delincuencia organizada. Durante su travesía denuncian ser víctimas de robo o extorsión, aunque lo comentan con miedo.

“Estoy realmente cansado de la policía migratoria. No son buenos. Nosotros tenemos papeles y documentos, tenemos el paso libre, déjenos pasar”, dice a Efe un joven haitiano con residencia en Chile. En Independencia, otro municipio de la zona, otro grupo de hombres y mujeres esperan su transporte en el parque central y se comunican vía WhatsApp con allegados dando los pormenores de su viaje.

HAITIANOS A LA DERIVA

Mark es haitiano y llevaba 20 días varado en Tapachula, junto a miles de otras personas, hasta que consideró «innecesario» seguir esperando regularizar su situación, y terminar mientras esperaba con sus pocos ahorros.

“No pedimos permiso, si yo pido permisos no salgo, no paso. Muchos haitianos están gastando mucha plata para el permiso», explica el hombre. Para Isma Stanley, un joven haitiano padre de un niño, fue frustrante permanecer en Tapachula. «Yo quiero salir de Chiapas para subir hacia Ciudad de México. La ciudad tiene trabajo y yo tengo dos meses parado en Tapachula sin hacer nada», exclama a Efe frente a una estación de buses de Tuxtla Gutiérrez, capital de Chiapas.

Una situación parecida a la de Jackson Dominique, que a sus 27 años viaja en un grupo de seis personas, entre ellas tres niños. Llevan días transitando por la región, a pie y en vehículos, y están a punto de cruzar al oriental estado de Veracruz tras burlar a las fuerzas de seguridad. «Me subí a una loma cargando a un niña para evitar la migración”, relata Jackson mientras espera un autobús.

LLEGAN AL NORTE

Se estima que son alrededor de 13.000 migrantes, en su mayoría de Haití, los que arribaron masivamente en días recientes y quedaron retenidos por las autoridades migratorias de Estados Unidos en un campamento improvisado bajo el puente internacional que une Del Río con Ciudad Acuña, en Coahuila. En una rueda de prensa desde Del Río, el secretario de Seguridad Nacional (DHS) de Estados Unidos, Alejandro Mayorkas, reiteró el lunes que las fronteras de su país «no están abiertas» y que los migrantes «no deben emprender el peligroso viaje» hasta el linde. Mientras que el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, explicó este martes que conversó con el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, sobre la «necesidad de una respuesta regional» en materia migratoria.

Los haitianos provienen de Brasil y Chile después de que, en agosto, el DHS informó de la ampliación del programa del Estatus de Protección Temporal (TPS), un anuncio que los traficantes están tergiversando, según el canciller. También planteó un apoyo humanitario para Haití por la crisis política tras el magnicidio del presidente Jovenel Moise en julio pasado y el terremoto de magnitud 7,2 que dejó más de 2.000 muertes y 12.000 damnificados en agosto.

En este contexto, la doctora en Ciencias Sociales y experta en migración Leticia Calderón explicó a Efe que México enfrenta una creciente crisis migratoria favorecida en parte por el fin de las restricciones más duras derivadas de la pandemia. Pero el mayor problema, agregó, es que muchos migrantes caen en redes del tráfico de personas.

«Hay un sistema que alimenta la movilidad forzada para aprovechar la mano de obra barata. Y aunque también hay un sistema que les dice (a los migrantes) que no pueden venir, al final hay formas de entrar y la gente lo sabe”, concluyó Calderón.

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